ASCENSIÓN A LA TORRE FORTALEZA DE LA HOZ DE LA VIEJA
Una de las más conocidas y espectaculares fortificaciones de la comarca de Cuencas Mineras es la torre-fortaleza de La Hoz de la Vieja, enclavada sobre el flanco de un pliegue sinclinal tumbado en resalte, y presidiendo la población del mismo nombre. Este bastión defensivo, perfectamente visible desde buena parte de la cuenca de Muniesa, es uno de los emblemas del territorio.
Arranca el recorrido desde el panel de senderos de La Hoz de la Vieja (910 m), ubicado bajo la carretera A-222. El sendero toma dirección SO por la calle Barrio Bajo y alcanza la plaza Mayor. Desde allí se asciende hacia el NO por la calle del Hospital, donde se ubica la antigua escuela del pueblo, en cuya parte inferior se abre una lonjeta con dos grandes arcos de medio punto y sobre ella dos plantas superiores.
Frente a esta construcción se levanta la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, obra gótico tardía, que se enclava en ese conjunto de iglesias bajomedievales situadas fuera del territorio del Bajo Aragón, aunque de menor tamaño. Consta de una sola nave cubierta con bóveda de crucería.
Tras superar este edificio la ruta continúa hacia la izquierda, ascendiendo ahora por la calle Abadías. Al final de la misma gira a la derecha y sube por la calle Planiello, hasta enlazar con la de las Eras y la zona deportiva. Desde allí arranca una senda que sube de forma cómoda entre un conjunto de corrales en ruinas. El camino se torna escarpado, ya que debe superar unos estratos verticales a modo de estrecho pasillo rocoso, perfectamente habilitado con una barandilla metálica con sirga y peldaños de madera, lo que le confiere un grado de seguridad.
Una vez superado este paso se llega a una zona abierta y rocosa, y se alcanzada la torre-fortaleza (980 m; 0,6 km; 15 min), elevada sobre un pliegue sinclinal tumbado. Esta construcción, de dos alturas y sótano fue realizada en 1363, durante la guerra de los Dos Pedros. En la actualidad no conserva las vigas de madera destinadas a suelos y techos, pero sigue ofreciendo una hermosa panorámica de la población, así como de las tierras hacia Cortes de Aragón (N), Montalbán (S) y el valle del río Sus o de la Cantalera.
El descenso a La Hoz de la Vieja (910 m; 1,3 km; 30 min) deberá realizarse por el mismo camino de la subida.
CASTEL DE CABRA-RÍO HURÓN
Interesante ruta que remonta el trazado señalizado del río Hurón hasta su nacimiento en un circo rocoso. Un lugar de gran atractivo donde se desarrollan diferentes especies naturales de interés y desde el que se obtienen buenas vistas hacia Castel de Cabra y su entorno.
El sendero se inicia en el extremo SO de Castel de Cabra (1.075 m). Allí un panel indica su continuación por una pista forestal hacia la derecha, en principio asfaltada y luego de tierra, que se dirige a cruzar el río Hurón.
La ruta discurre paralela a este cauce fluvial y rodea el cerro de Santa Bárbara, sobre el que se elevan las ruinas de la ermita del mismo nombre. Además, en este mismo montículo existió un poblado fechado en la Edad del Hierro y posteriormente otro de época ibérica.
Poco después se conecta con una bifurcación que se toma a la derecha y comienza a ascender por una zona de huertas, acompañadas por unas curiosas formaciones de roca a modo de pequeñas murallas.
De esta forma se alcanzan las ruinas de una estación y un túnel de la vía del ferrocarril Teruel-Alcañiz (1.155 m; 1,3 km; 20 min), y el sendero prosigue su ascenso por la pista, dejando una balsa a la derecha y las vistas de un túnel, a lo lejos. Tras un tramo de subida se llega al final de la pista, desde donde parte un camino a la izquierda junto a una estación de captación de agua de Castel de Cabra. La senda sube entre muretes de piedra y alcanza una zona rocosa desde donde se sigue a la derecha.
Poco más arriba se llega a una mesa de merendero situada bajo una chopera, en la que también se encuentra otra caseta de captación de aguas. Para continuar es necesario subir a un campo y rodear la valla de protección de la citada caseta por su izquierda, ya que durante un tramo el camino viejo está muy perdido entre la maleza.
El trazado está indicado en todo momento por balizas de seguimiento, gracias a las cuales se hace más fácil no perder la ruta, cada vez más imbuida entre la vegetación. Poco después se dejan las ruinas de un corral a la izquierda y encima de éste, otro a la derecha. Allí vuelve a aparecer, señalización vertical que indica su seguimiento. En la confluencia de dos brazos de cauce se continúa en subida hacia la derecha para cruzar el río y alcanzar, entre la vegetación, el nacimiento del río Hurón (1.345 m; 2,6 km; 1 h 30 min).
Su cabecera está conformada por unos elevados farallones rocosos que dibujan un auténtico circo, utilizado en algún punto como aprisco natural para guardar ganado. En la actualidad, el manantial que allí nace, así como la cascada que se desploma por estos roquedos, se encuentran secos. Desde este punto se regresa hasta la localidad de Castel de Cabra (1.075 m; 5,2 km; 1h 55 min) por el camino elegido a la ida.
CORTES DE ARAGÓN- ERMITA DE LA VIRGEN DE LA ALIAGA
Este sencillo itinerario lleva desde Cortes de Aragón al santuario barroco de la Virgen de la Aliaga, que acoge todos los años varias romerías de distintos pueblos de la comarca. Hasta ella acuden las gentes de Cortes de Aragón, Muniesa, Anadón, Blesa, Huesa del Común, Josa, La Hoz de la Vieja, Maicas, Plou y Segura de Baños.
El sendero propuesto parte desde la localidad de Cortes de Aragón (911 m), concretamente desde su extremo SO, donde se ubican un panel de senderos y una flecha indicativa junto a la parada del autobús, en la antigua carretera a Muniesa.
Siguiendo por el desvío asfaltado, enseguida se pasa junto al parque, la fuente y una balsa de riego y se sigue hacia la derecha, avanzando entre huertos. Poco después se atraviesa la nueva carretera de Muniesa A-222 por un túnel bajo la misma.
El camino ofrece panorámicas de los relieves dominantes, siempre caminando por asfalto. Tras un tramo de recorrido se alcanza la ermita barroca de la Virgen de la Aliaga (918 m; 0,6 km; 10 min), edificio religioso de grandes dimensiones, de tres naves: la central cubierta con bóveda de arista y las laterales de medio cañón con lunetos. Posee, a su vez, una fachada de cantería compuesta por dos cuerpos y una hornacina superior flanqueada por dos estípites de piedra y dos óculos, con un arco de ingreso de medio punto. Todo el recinto se encuentra rodeado por un muro y junto a esta pared se levanta otra construcción, la casa del santero y hospedería.
La vuelta a la población de Cortes de Aragón (911 m; 1,2 km; 15 min) se lleva a cabo por el mismo camino de la ida.
LAS PARRAS DE MARTÍN-MARTÍN DEL RÍO POR EL HOCINO DEL PAJAZO (PR-TE 41)
Este sendero recorre el antiguo camino que unía Las Parras de Martín y Martín del Río. En su discurrir se aprecia uno de los entornos naturales más espectaculares de la comarca: la cascada y cueva de Las Palomas, la cascada del Pajazo, así como una interesante arquitectura popular en la aldea de El Pajazo. Unas geografías bien conocidas por los numerosos deportistas que se acercan a practicar el descenso de barrancos y el senderismo, ya que esta zona se encuentra perfectamente acondicionada para estas actividades deportivas.
Parte el recorrido desde Las Parras de Martín (1.095 m), concretamente en su zona N, en dirección a Utrillas. Allí una señal del sendero PR-TE 41 indica al paraje de los Hocinos y un panel informativo explica el recorrido.
Tras 300 m, una flecha a la derecha indica el sendero de los Hocinos. Este camino, colgado sobre el río, ofrece bellas panorámicas del cauce y su vegetación de ribera, compuesta principalmente por chopos cabeceros. Además es un magnífico refugio para la cabra montés.
Poco después el recorrido conecta con una pista, donde un poste informa sobre el recorrido. Continuando en esta dirección en bajada, en pocos minutos se alcanza la fuente del Batán, ubicada cerca del río, frente a las ruinas de un antiguo batán.
De vuelta a la pista se avista a la izquierda un conjunto de toba calcárea que quedó colgado por la acción del cauce de las Artizuelas. Allí se encuentran varias tumbas excavadas en la roca, formando parte de la necrópolis rupestre de las Artizuelas. Siguiendo este vial, un poco más adelante se alcanza un pequeño collado (1.125 m; 1,2 km; 25 min).
A partir de ese punto la marcha comienza un descenso hasta el fondo del valle, donde se extiende el paraje de los Hocinos y una mesa de interpretación informa sobre la geología del lugar y los hábitos de la cabra montés. En este lugar se encuentra el desvío a la cascada de la cueva de las Palomas (1,9 km; 40 min), ubicada en el hocino del mismo nombre, y a la que se puede acceder por unas pasarelas colgadas sobre el cauce. Al fondo se vislumbra un gran salto de agua de 12 m, el pozo de las Palomas, espectacular cascada que cae desde el techo de esta umbrosa gruta habitada por palomas, y a donde sólo se accede nadando.
Aguas abajo se encuentra el hocino del Pajazo y su mirador (1.120 m; 2,3 km; 45 min), al que se llega en unos minutos. Desde este punto se aprecia perfectamente el impresionante salto de agua de 14 m que forma el río de las Parras, tras superar al angosto cañón abierto entre pliegues verticales. A partir de aquí el camino continúa pegado a los farallones de roca, y sigue su discurrir junto a la línea de alta tensión, dejando atrás este hocino.
De esta forma se accede al despoblado de El Pajazo (970 m; 3,3 km; 1 h), una aldea compuesta por unas pocas casas y diversas construcciones agropecuarias –fundamentalmente eras y pajares–, a las que se suma un colmenar edificado entre dos salientes rocosos. Su relativo aislamiento ha favorecido la conservación de su encanto popular.
A la salida del casal aparece una doble indicación para ir al hocino que ha quedado atrás. Una opción es la que se ha llevado, pero existe un camino a la derecha que avanza por la vega hasta alcanzar la boca del estrecho y, unos metros después, el citado salto de agua.
Una vez se deja atrás el despoblado de El Pajazo el camino cruza el río en varias ocasiones, en compañía de hermosos chopos cabeceros. Superada la central eléctrica, hoy día abandonada, se vuelve a discurrir junto a magníficos ejemplares de chopos cabeceros. La marcha avanza paralela al río de las Parras y cruza el río de la Rambla (920 m; 5,6 km; 1 h 30 min) por una zona de cultivos.
De esta forma se sigue por este vial y se conecta, dejando una entrada a derecha e izquierda, hasta una pista principal, coincidente con el camino que se dirige hacia el hocino de la Rambla. A partir de este lugar hay que continuar hacia la derecha hasta la localidad de Martín del Río (920 m; 7,6 km; 2 h), junto a la carretera N-211.
MARTÍN DEL RÍO-HOCINO DE LA RAMBLA
Esta ruta acerca a un paisaje donde la conjunción de agua y roca ha creado un escenario de singular belleza y valor natural, que alberga distintas especies mediterráneas de ribera, cabra montés y buitre leonado. Finaliza este recorrido en el pozo o cascada de las Televisiones, conocido así por los originales surcos de las rocas que recuerdan su forma.
Parte el sendero desde el extremo O de Martín del Río (920 m), junto a la orilla izquierda de la carretera N-211, en dirección a Vivel del Río Martín y las últimas casas de la localidad. Allí una flecha indica hacia el hocino de la Rambla en dirección SO.
Enseguida se llega a una trifurcación que se sigue de frente para cruzar el río Segura o Vivel por un vado. Tras dejar a la derecha las ruinas de varios edificios y un antiguo transformador, quedan a izquierda y derecha varias pistas y caminos hasta alcanzar una bifurcación a la derecha (0,8 km; 10 min).
Avanzando en dirección O por un terreno estepario, tapizado de asnallo, jarilla, aliaga y albada, etc., y acompañado de campos de cultivo y corrales –algunos en ruinas–, se dejan, nuevamente a izquierda y derecha, otras pistas, hasta conectar con una importante trifurcación. Allí una flecha indica a la izquierda, cambiando el rumbo de la ruta y dirigiéndose ahora hacia el S. Enseguida se deja a la derecha otra pista, y se sigue hacia la izquierda por un pequeño valle afluente del hocino de la Rambla. Este vial muere un una explanada (3,8 km; 50 min), donde una flecha indica a la izquierda, por una senda que baja hacia el ya visible hocino.
Un panel recibe a la entrada del mismo e informa sobre la cascada de las Televisiones. El sendero cuenta con múltiples pasarelas de madera, pasamanos y grapas en los resaltes, que permiten –con cierta dificultad técnica– la progresión junto al río hasta el estrecho de la mencionada cascada. Varios paneles interpretativos a lo largo del recorrido dan información sobre la fauna, la flora y la geología de este impresionante lugar. Sus altas paredes de piedra rojiza y las bellas formaciones del río de la Rambla, moldeadas por el agua, acompañan al caminante hasta el pozo o cascada de las Televisiones (985 m; 4,7 km; 1 h 15 min), un lugar espectacular y cuya visita es muy recomendable.
El regreso a la localidad de Martín del Río (920 m; 9,4 km; 2 h 30 min) se realiza por el mismo camino de la ida.
UTRILLAS-VÍA VERDE DE LAVADEROS
Interesante paseo que discurre por una tranquila vía verde realizada en 2003 y que corresponde a la antigua vía del tren de Utrillas, inaugurado en 1904. La ruta se dirige hacia el barrio de los Lavaderos, todo un complejo minero hoy día abandonado. En la actualidad, este camino es un sendero ideal para la práctica del senderismo y la BTT, pues el firme del itinerario permanece en buen estado y se han acondicionado dos túneles y otros elementos como una barandilla y bancos de descanso.
Arranca el recorrido junto al panel de información de esta vía verde (935 m), ubicado en la calle Tejería de Utrillas. Unos metros después encontramos el panel de senderos junto a una calera de MFU (Minas y Ferrocarril de Utrillas) y bajo un palomar, antigua torre de vigilancia del siglo XIV.
La ruta avanza por un andador asfaltado sobre la carretera N-420, protegido con una barandilla. Desde el recorrido se obtienen unas buenas vistas hacia a un morrón rocoso, la Corona de Monroy (1.118 m) y a zonas de campos de labor con fajas y un molino.
Así se alcanza un primer túnel, y tras cruzar sus 70 m de longitud, surge una mesa de interpretación y un banco. Hacia el S se obtienen vistas de la sierra de San Just y hacia el N de la sierra de Montalbán y el valle del río Martín.
Poco después se cruza un segundo túnel y se alcanza una fuente a la derecha del camino (1,1 km; 15 m), junto a unas escaleras de bajada a la carretera. Debajo de esta ubicación discurre el río Mena y junto a este curso fluvial se ubica el cementerio de Utrillas.
Ya con vistas hacia el valle del río Martín, y otros bancos a lo largo del recorrido, se camina junto a una hilera de chopos. Siempre por asfalto se llega al barrio de los Lavaderos (890 m; 2,7 km; 40 min), donde todavía resisten las ruinas de las antiguas casas de los trabajadores, talleres y otras dependencias. Desde este punto la empresa MFU proyectó la salida de la producción de lignito hasta Zaragoza. Un comercio que aumentó considerablemente durante la Primera Guerra Mundial, pues se llegaron a obtener hasta 200.000 toneladas de las 70.000 habituales.
La vuelta hasta Utrillas (935 m; 5,3 km; 1 h 20 min) se realiza por el camino de la ida.